Hasta unos pocos años atrás me parecía imposible que a alguien se le ocurriera quitar a la Educación Tecnológica (ET) de la escuela. Y esta imposibilidad venía de la mano de algunas constataciones como estas:
- Se demostró largamente no solo su relevancia en cuanto a saberes prácticos sino también la necesidad de la reflexión sobre la artificialidad en las escuelas y de aprendizaje del pensamiento técnico, recordando que vivimos en un mundo signado por las creaciones humanas (aunque esta reflexión nunca tuvo su lugar antes en la escuela).
- Se definieron claramente contenidos con lógica de complejidad creciente, una didáctica propia y abundante bibliografía.
- Se afirmó legal y documentariamente con la concreción de NAP para la enseñanza obligatoria.
- Las mayoría de las jurisdicciones (que aún no tenían el espacio) la incluyeron en su curriculum escolar.
- Se actualizó la formación docente. En Santa Fe, los profesorados de ET reemplazaron a los profesorados de Tecnología con un curriculum actualizado, flexible y crítico. Estos profesorados están nutriendo al sistema educativo -en sus cinco o menos primeras cohortes- con docentes formados en un enfoque sociotécnico superador de otros fragmentados o de corte neopositivista o pragmatista. La provisión de docentes titulados no alcanza para formar masa crítica, pero paulatinamente van haciéndose cargo de las cátedras de manera solvente.
Sin embargo, algunas señales no tardaron en darse:
En 2018 se aprobaron entre gallos y medianoche los NAP de Educación Digital, Programación y Robótica (EDPR), sin ningún dispositivo de discusión federal más que manos ministeriales levantadas. Son los primeros NAP que no están referidos a algún curricular existente en la educación general (aquí es necesario recordar que los NAP de ET siquieron un largo proceso de discusión federal con amplia base de respaldo).
En agosto de 2021 se presentó el "Programa (o Plan, la terminología varía incluso en una misma página) Nacional de Ciencia y Tecnología en las Escuelas". En este plan se propone (decide) reemplazar el espacio de Educación Tecnológica por el de Ciencias de la Computación. O, según otras comunicaciones reemplazar los contenidos actuales de ET por los mencionados.
Es un plan de los ministerios de Educación en conjunto con el de Ciencia, Tecnología e Innovación apadrinado por la Fundación Sadosky a través de su línea Program.AR. Como se ve en su página:
Para ilustrar la profundidad de la propuesta, sugiero mirar y escuchar con atención los siguientes videos
1.- Video oficial de promoción del Plan Nacional de Ciencia y Tecnología en las Escuelas
2.- Acto de presentación del Programa (o Plan) Nacional de Ciencia y Tecnología en las Escuelas
En el primer video vemos cómo se habla de la importancia de la enseñanza de la ciencia en las escuelas y ni una palabra respecto de la tecnología (excepto los enunciados formales del ministro Trotta; Salvarezza ni la menciona).
En el segundo, (minuto 24 en adelante) podemos disfrutar de la errática e inconexa presentación de Diego Golombek, que porta tal desconocimiento que le permite no acertar nunca el nombre del espacio curricular (lo más cercano es tecnología en el aula). Sin embargo, desconocer el nombre no le impide realizar juicio de valor sobre el mismo y su origen. Allí se menciona el reemplazo de la Educación Tecnológica por Ciencias de la Computación. Se propone también para ello "realizar foros con gente de pedagogía, de ciencias de la computación y de las provincias". No se les ocurrió en consultar a "gente experta en la ET".
A esta presentación siguió una ola de reuniones de referentes de la educación tecnológica de todo el país en forma presencial y virtual donde se contaban por cientos, peticiones escritas de diversa naturaleza y puesta en alerta a las agrupaciones sindicales docentes provinciales y nacionales. Con toda la movida, los responsables del plan (o programa) decidieron no hacer olas por un tiempo.
Unos días atrás se conoció la convocatoria de INFOD (Instituto Nacional de Formación Docente) para capacitar a docentes de todas las áreas: Bases para la convocatoria de propuestas de formación en el PNFP "Nuestra Escuela" Universidades. Se convoca a entidades que brinden capacitación en todas las áreas. Lo curioso es que no aparece propuesta de capacitación en Educación Tecnológica y sí, por ejemplo, en Educación Digital, Programación y Robótica. Y en las capacitaciones docentes de INFOD aparece Educación Tecnológica con foco en programación (conveniado con la Fundación Sadosky). ¡Absorbé el jugo de la mandarina que insertaron en tu boca!
Lo que fue una burda presentación de un Plan (o Programa) se concreta en hechos reales.
Más allá del valor de los contenidos que se pretenden incorporar (los que pueden ocupar otros espacios escolares si tan relevantes son) y sin detenernos en mencionar que muchas veces se pretende "estar actualizados" aunque no se sepa muy bien para qué, tengo para mí que hay algunas enseñanzas de la educación tecnológica que pueden resultar indeseables cuando tanto dinero y tantas entidades interesadas en colaborar con la educación cooptan decisiones gubernamentales. Es que a nadie se nos escapa que el curriculum es un campo de lucha política y la escuela también lo es.
Creo que además -y esto es muy personal- tiene unos resultados colaterales "interesantes", para los que la ET se torna peligrosa y conviene soslayar:
- Que la ET propone el pensar teleológico (orientado a fines), porque no solo se pueden pensar los propósitos de las técnicas (los artefactos, los sistemas, las tecnologías utilizadas, los kits que llegan a las escuelas...) sino también de quiénes se benefician con ellas.
- Que la ET debe abrir las cajas negras (ver el Glosario de la ET de Carlos Marpegán) "para comprender los principios y esquemas básicos de funcionamiento de los sistemas sociotécnicos, y también en promover enfoques alternativos de desarrollo tecnológico, como las tecnologías entrañables, las tecnologías alternativas o las tecnologías para la inclusión social", y muchas veces la enseñanza de la computación o la robótica "tienen el objetivo constructivista de formar ciudadanía crítica y competente, sin embargo este objetivo contrasta con la operación tecnicista de los dispositivos, porque el hardware y el software son utilizados como cajas negras ya que habitualmente proceden de un diseño importado, cerrado, opaco y privativo", que resulta poco afecto a quien impulse la invasión legal de tecnologías propietarias a las escuelas.
- Que a ET tiene un potencial enorme para pensar y diseñar mundos alternos, para comprender los procesos históricos que confluyen en este presente desigual, atiende a la coexistencia de tecnologías diferentes con el mismo propósito, las recupera, las valora y las enseña, dado que no toda tecnología es necesaria, ni todas las más difundidas son las mejores, ni que hay un solo futuro ineluctable adherido al arbitrio de cuatro o cinco empresas mundiales. Quien esto escribe puede dar cuenta de ello a partir de la experiencia en el aula con adolescentes.
- Que la ET enseña que no hay tecnologías últimas y primeras dado que (como señala Abel Rodríguez de Fraga) "las tecnologías existen básicamente como mediaciones entre los sujetos, entre ellos y su entorno ¡y entre ellas mismas! constituyendo así los llamados sistemas tecnológicos. Por esa razón las tecnologías no se escalonan a través de un angosto desfiladero donde para que una surja es necesario que la anterior desaparezca. En principio porque las tecnologías, y no los aparatos a los que configuran, siempre se constituyen como redes donde cada una se apoya en las próximas y todas, a su vez, en las que les precedieron. Muy poco de las “nuevas tecnologías” seguiría en pie si tecnologías que parecen habitar en los arrabales de esos “sistemas tecnológicos” colapsaran de golpe... Toda tecnología, por el simple hecho de haber sido imaginada por sujetos, habitantes de un estado tecnológico anterior al que finalmente habrá de alumbrarla, llevará inevitablemente la memoria de lo que en el mismo acto será superado. Así las significaciones técnico culturales de lo nuevo no podrán desprenderse del todo de las significaciones que le precedieron". A propósito de la pretensión fundante que tiene todo aquel que pretende realizar cambios en la educación sin otro fundamento que meter lo nuevo.
- Que la ET puede ayudar a pensar el modo en que los ciber colosos (Microsoft, Apple, Amazon, Google, Meta...) extienden su poder en base a mecanismos que doblegan a muchos gobiernos, que se asocian sumisamente a la distribución de sus tecnologías. Y los gobiernos incorporar sin chistar cualquier propuesta novedosa de los poderosos.
- Que la ET enseña que la tecnología no es neutral, ni única, ni viene dada. Y desentraña los procesos que llevan al éxito a una concreción.
- Que la ET es crítica, pero esperanzadora, al poner en diálogo a los creadores (o innovadores, o...) reconocidos con la dinámica escolar, desmontando el componente mágico que desengancha las tecnologías (en especial, las digitales) con su proceso de generación y sugiere que lo nuevo y asombroso solo se logra en otros países y al nuestro le toca asumir lo que viene como viene.
- Que la ET pone en tensión el modelo cientificista dominante en el pensamiento al mostrar que muchos desarrollos que se muestran como científicos, son más bien tecnológicos.
- Que la ET pone de manifiesto el enfoque muchas veces instrumental de la enseñanza de tecnologías de la comunicación y la información o en técnicas que se agotan en lo utilitario.
- Que la ET desnuda y trata la dependencia tecnológica de un país y las decisiones políticas que se entraman con ella (glifosato, litio, quema de humedales, uso del país como banco de pruebas genéticas, minería contaminante, etc...)
Y se puede seguir mucho más. Muchísimo más.
La Educación Tecnológica es un espacio joven. Y no interesa en lo más mínimo a los funcionarios de turno de casi todos los gobiernos que conozco. Los funcionarios no tienen idea de qué propone ni para qué está en la escuela. Pero igual alegremente toman decisiones. Total, quién se va a quejar si desaparece. Y que como la implementación en el país fue dispar y necesitan un "espacio de horas" para meter estas disciplinas que son un buen golpe de efecto...
Se me ocurre que reducir la educación tecnológica al aspecto digital es como reducir la historia al último medio siglo, la física a discurrir sobre el CERN y la biología a la genética. Si esto sucede, sería el primer país que aplica un plan reduccionista a la tecnología en el mundo.
Mientras tanto, hay tareas para hacer (desde distintos lugares).
Hay que mejorar la enseñanza en el espacio. Ser proactivos con otros. No ir a la cola de los proyectos de ciencias, por ejemplo, sino tomar la posta. Hay que generar cultura tecnológica escolar. Dejar de dictar contenidos o construir cosas porque se entretienen los alumnos. Preguntar para arriba. Revisar los diseños curriculares, martillarlos, hacer crítica. Hay que estudiar, capacitarse, conocer los NAP, ponerlos en diálogo con los de ciencias sociales, naturales, educación digital, programación y robótica. Leer y leer entre líneas las noticias de educación y los anuncios rimbombantes. Reunirse y discutir. Peticionar a las autoridades. Instruir a los funcionarios de turno y a nuestros sindicalistas acerca de qué es la Educación Tecnológica. Enseñar lo que hay que enseñar y no lo que me parece o lo que sé.
Y embarrarse las manos si se quiere hacer ladrillos. La educación es demasiado valiosa y frágil como para que las decisiones las tomen los implacables poderosos en base a sus negocios y las ejecuten los políticos sumisos de turno.